Hasta ahora las familias parecerían conformes por recibir toda la atención de funcionarios municipales y visitas de zoonosis para castrar sus perros, empiezan a cuestionar la gran cantidad de empleados de sanidad que revisan sus cabellos en busca de piojos, de dentistas que les diagnostican caries y de analistas que registran sus datos hasta tres veces por día; se nota un leve malestar con las pocas viandas y beneficios que han percibido a cambio de suspender sus actividades delictivas.
No obstante creen que en cualquier momento las promesas del intendente serán cumplidas y se los podrá alojar en casas de materiales y se les otorgará planes sociales y beneficios, pero muchos empezaron a pedir fotocopias de los dni de los funcionarios que los visitan dariamente para devolverles la visita y algunos pocos habrían comenzado a cobrarles por cada foto que se sacan junto a ellos.
Si bien la certificación municipal de que se le entregará asignaciones universales por hijo ha derrumbado el mercado de preservativos en el barrio, y los revendedores de cosas robadas están en estado de alerta, los vecinos en general ven con agrado que alguien del estado se solidarice con ellos y los trasladen a algún lado lejos, muy lejos de ahí.
En la tarde de ayer las veintinueve familias de okupas de la ex fábrica de cerámica agradecieron en un acto a los policias y jueces responsables del allanamiento, ya que sin la desinteresada actitud de estos ellos seguirían siendo ladrones anónimos y no objeto de envidia vecinal y demagógia municipal.
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