Solo le dijo al juez Lijo que era rubia y divertida
El Kirchnerismo cree que el juez Lijo esgrimió preguntas agresivas contra su dirigente, en lugar de limitarse a preguntar sobre el caso Ciccone.
Aún así, el vicepresidente Amado Boudou no consiguió ayer recordar el nombre de su madre en su comparecencia ante el Juzgado que lo investiga.
Después de más de ocho horas, en la que Boudou llegó a utilizar media docena de posturas difíciles de yoga y tres maniobras nemotécnicas de alto riesgo, solo se atrevió a aventurar el color del cabello de su progenitora y su altura, que sobrepasaba los siete metros con ochenta centímetros. “Era muy espigadas”, aseguró el vcepresidente.
Únicamente a las siete horas de declaración Boudou creyó recordar durante un instante el nombre de su madre, pero inmediatamente se desdijo. “Juana Azurduy, creo”, balbuceó el declarante. Después nombró a continuación a Mariquita Sanchez como su nana pero enseguida corrigió su afirmación recordando que madame Mariquita era Thompson de apellido y familiar de Moneta o, al menos, eso es lo que le hizo creer a Lijo.
A la salida del Juzgado, el vicepresidente no se acordaba donde había estacionado sus automóvil pero enseguida su chofer le recordó que habían llegado hasta allí en su Audis de siete metros de eslora y que en ese mismo medios de transporte sería trasladado adonde la presidente dijese.
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